¿CUAL ES MI ACTITUD MENTAL HACIA MI MISMO?
Un día bajo el Señor a la tierra en forma de mendigo y se acercó a casa del zapatero y le dijo: “Hermano, hace tiempo que no como y me siento muy candado, aunque no tengo ni una sola moneda quisiera pedirte que me arreglaras mis sandalias para poder seguir caminando”. El zapatero le respondió:” ¡Yo soy muy pobre y ya estoy cansado que todo el mundo viene a pedir y nadie viene a dar!”, El señor le contestó: “Yo puedo darte lo que tu quieras”. El zapatero le pregunto:” ¿Dinero inclusive?”, El señor le respondió:
“Yo puedo darte 10 millones de dólares, pero a cambio de tus piernas”. “¿Para que quiero yo 10 millones de dólares si no voy a poder caminar, bailar, moverme libremente?”, dijo el zapatero. Entonces el Señor replico:”Está bien, te podría dar 100 millones de dólares, a cambio de tus brazos”, el zapatero le contesto:” ¿Para que quiero yo 100 millones de dólares si no voy a poder comer solo, trabajar, jugar con mis hijos, etc.?”
Entonces el Señor le dijo:”En ese caso, yo te puedo dar 1 000 millones de dólares a cambio de tus ojos”. El zapatero respondió asustado:”¿Para que me sirven 1 000 millones de dólares si no voy a poder ver el amanecer, ni a mi familia y mis amigos, ni todas las cosas que me rodean?”. Entonces el Señor le dijo:”Ah hermano mío, ya ves que fortuna tienes y no te das cuenta”
Nosotros muchas veces nos comportamos como el zapatero de la historia al vivir negativamente y angustia. En cambio la actitud positiva, responsable y compasiva hacia la vida es la opción más inteligente, por lo que debemos aprender a valorar lo que tenemos como lo explica el siguiente relato:
“Aunque me tapo los oídos con la almohada y gruño de rabia cuando suena el despertador…gracias a Dios que puedo oír”.
Hay muchos que son sordos.
Aunque cierro los ojos cuando, al despertar, el sol se mete en mi habitación…gracias a Dios que puedo ver.
Hay muchos ciegos.
Aunque me pesa levantarme y pararme de la cama…Gracias a Dios que tengo fuerzas para hacerlo.
Hay muchos postrados que no pueden.
Aunque regaño cuando no encuentro mis cosas en su lugar porque los niños hicieron un desorden...gracias a Dios que tengo familia.
Hay muchos solitarios.
Aunque la comida no estuvo buena y el desayuno fue peor... gracias a Dios que tengo alimentos.
Hay muchos con hambre
Aunque mi trabajo es monótono y rutinario…gracia a Dios que tengo ocupación.
Hay muchos desempleados
Aunque no estoy conforme con la vida, peleo conmigo mismo y tengo muchos motivos para quejarme…gracias a Dios por la vida.
Fuente: Liderezgo y Trabajo en Equipo (Senati)
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